lunes, 17 de julio de 2017

YO SOY

Me levante.. normal. Abriendo los ojos como todos ¿O no? Me levante pensando el por qué no me aceptan.
El por que tengo que esconder lo que realmente soy o lo que realmente deseo ser. Claramente nací con vagina y vos capaz naciste con pene y testículos. ¿Pero eso te hace ser lo que realmente sos?. No por que me guste la ropa de hombre me convertí en uno y no por que te guste la danza,el rosa y unos leggins apretados,eres una mujer. Podes ser el mas macho alfa y ser gay,pero por miedo al rechazo lo escondes.
¿Por qué te avergonzas de lo que realmente sos?
¿Por que esta mal visto una relación homosexual que de una heterosexual?
Si acá lo que importa es el amor.¿No es así?
Se indignan al ver una madre abandonando a su propio hijo pero no creen que dos padres pueden criar a un bebe.¿Que clase de personas somos? ¿Somos personas?
Escucho tanta gente decir que "el amor mueve al mundo" ,pero ellos son los que odian y denigran a los homosexuales.¿Que mal les hacen? Claramente tienen mucho amor que ustedes.
No trates de criar a tu hijo para que no te salga "puto" "nena" como lo pueden etiquetar muchas personas pero lo que realmente es, es la orientación sexual que tu hijo prefiere y hace feliz. ¿No eras vos el que votaba por la LIBERTAD DE EXPRESIÓN? Y hoy sos el que reprime a su hijo para que sea mas HOMBRE de lo que ya es.
Crías a tu hija para que le guste la danza,los pinta uñas y un imbécil con pene. ¿Pero si ella no lo prefiere? La catalogan de que "No vio tantos penes en su vida,no sabe lo que dice" "marimacho". Etiquetas que dañan,que llenan la vida de aquella persona de dolor,de angustia. ¿Por qué? Si es como vos,es como yo. Si todo fuera al revés nos sentiríamos mal de ser heterosexual y nos obligarían a ocultarlo. ¿Por qué esta todo catalogado por si uno tiene vagina o tiene pene? Miren a su alrededor,comiencen a AMAR a todos por igual. ¿Que importa su preferencia sexual? Por ser gay,lesbiana,transgenero ¿Hace mal al mundo? Claro que no. Idiotas.

viernes, 7 de julio de 2017

LADRÓN

"Me llamo Ignacio, tengo 17 años, soy ladrón.
Soy ladrón aunque nunca quise serlo. No lo era cuando vivía en casa con mi vieja, con mi viejo, con Mica. Soy ladrón porque quiero a Mica con toda mi alma, porque quiero que Mica me quiera. Mica es mi hermana, tiene 5 años y sonríe más lindo que nadie en el mundo.
Hasta hace poco podía dormir. Hoy es la primera noche en la que no tenemos dónde. ¿Sentiste mucho frío alguna vez? Esperando un colectivo, caminando, donde sea. Ese frío que duele, que lastima. Ese frío, mucho frío, lo sentí durante toda la noche. No dormí. No puedo pensar. Tengo frío. Estamos en la calle. Mica y yo. Y mi viejo. Tengo cartón encima y acabo de descubrir que el cartón no abriga. Mica está tapada con toda la ropa que conseguimos. Duerme temblando.
Mi viejo dice que van a ser unos días. Que pronto vamos a tener dónde ir. Yo voy encontrar un trabajo y a sacarnos a todos de acá. No un buen trabajo: un trabajo. Cualquiera. No me hace falta pedirle monedas a nadie. Y no voy a dejar que Mica lo haga, nunca.
En sexto grado fui abanderado. Ese día mi vieja vino a verme. Fue la última vez que la vi sonreír antes de morirse. La de matemáticas me decía que tenía un montón de futuro. Pero eso no le importa a nadie. Cortar el pasto, pasear perros, atender un kiosco: parezco no servir para nada. No consigo ni un estúpido trabajo. Ninguno.
Van 23 días pero parecen muchos más. Mi viejo empezó a juntarse con unos tipos en otro lugar y aparece borracho, insulta, se va. Me pregunto de dónde saca lo que toma. Ya ni habla de irnos de acá. Pedí monedas durante unos días y recibí cientos de “andá a laburar”. ¿Dónde, dónde consigo un trabajo que me saque de acá?
Cada vez me siento más sucio: aunque me bañara durante una semana no me sacaría esta mugre de encima. Mica sí consigue algunas monedas pidiendo. Las suficientes para no morirnos de hambre. Ella me mantiene y yo me siento un inútil. ¿Qué diría la de matemáticas si me viera ahora?
Tengo algunos amigos por acá. Me dicen que hay que aspirar y robar. Que es la única forma. Que tarde o temprano voy a darme cuenta. Pero yo no voy a robar nunca. No soy como ellos. Y la única vez que aspiré pegamento, Mica me vio y se puso a llorar. No voy a volver a hacer llorar a Mica. Nunca, nunca más.
¿Cuántos días van? ¿60? ¿70? ¿Mil? Es igual, esto no tiene fin. No sé dónde está papá. Rodri, el pibe que dormía acá a la vuelta, se juntó con una bandita y ya tiene dónde dormir. “Dos veces por día”, me dice. “Manoteás dos carteras, dos bolsillos, lo que sea, y ya está, tenés techo y algo para morfar”, me dice. “Nunca maté a nadie, el arma ni siquiera está cargada”, me dice.
¿Vos qué harías? ¿Qué harías si no podés dormir por tanto, tanto frío? ¿Qué harías si sabés que no podés bañarte, si comés sólo a veces, si Mica ya casi no sonríe? ¿Qué harías?
Yo no voy a robarle a nadie. No voy a hacerlo. Voy a sacar a Mica de acá y voy a poder mirarla a la cara. No voy a robarle a nadie. Nunca.
Necesito 40 pesos. Sergio dijo que por 40 pesos consiguió esa frazada increíble con la que duerme. Que puede conseguirme una. Desde que la tiene, Sergio duerme de otra manera. ¿Yo? Yo ya ni duermo. Cada vez hace más frío y no siento las manos.
Anteayer, antes de que amanezca, pasó una vieja y no me vio. No sé que buscaba, sacó la billetera. Sólo tenía que sacársela y correr. Ni empujarla, ni asustarla: sólo sacarle la billetera y correr. Y Mica hubiera dormido abrigada y sonriendo. Hoy Mica cumple 6 años. La vieja parecía inmóvil con toda esa plata en la mano. Se me pasaron mil cosas por la cabeza. Mica, y mi abuela, y Mica, y ser ingeniero, y toda esa gente mirándome con miedo, y mi vieja, y Mica. No pude. No le robé. Nunca voy a hacerlo. No voy a drogarme ni a robar ni a hacer nada que no pueda explicarle a Mica cuando sea más grande. Perdón, Mica, por no poder regalarte nada en tu cumpleaños. Perdón por tanto, tanto frío.
Anoche no sólo llovió: anoche hizo más frío que nunca. No es que yo lo haya sentido, para mí todos los fríos son iguales. Me di cuenta porque fue la primera noche que Mica no durmió. La abracé, le hablé, la tapé con todo lo que tenemos, pero sentía sus hombritos temblar y sus ojos parpadeando. Mica no durmió en toda la noche. No es un segundo de verla sufrir. Son dos, tres, cuatro. Diez, once, doce. Cien, doscientos, trescientos. A cada segundo, Mica temblaba. Mil, dos mil, tres mil. ¿Cuántos segundos dura la peor noche de tu vida? Que salga el Sol. Que salga el Sol para que Mica deje de temblar. Es la primera vez que lloro desde que murió mamá. Perdón, Mica. Perdón.
Son las once de la noche y Mica está pálida. Hace tanto, tanto frío. La dejo con Natalia, un ratito. Natalia sabe que no tiene que fumar delante de Mica. Le hace mal. Me duele mucho la cabeza. Tengo las medias mojadas y van a tardar años en secarse. Me pica el cuerpo. Todo el día pensando en Mica, en sus ojitos sin dormir. ¿Cuánto hace que no sonríe? Necesito 40 pesos. Tengo 12 y los voy a gastar pronto para que Mica pueda comer. Nunca voy a llegar. 40 pesos no significaban nada antes. Pero, ¿cómo los conseguís cuándo no tenés nada para ofrecer? ¿Cómo?
Son las once y media y ese tipo que habla por celular tiene plata en la otra mano. Y está distraído. Mica. Creo que no me vio. Me acerco rápido. Mica. Sólo un manotazo, lo que salga y correr. Mica. Mica. Mica.
“¡Hijo de puta, chorro hijo de puta! ¡La puta que los parió, son todos iguales, negro de mierda! ¡Chorro!”.
Escucho los gritos del tipo y sigo corriendo. Freno, estoy agitado. 76 pesos. Mica va a comer y va a dormir sin frío. Me tiemblan las manos, el cuerpo, tengo la vista nublada. Pienso en mamá, en mi viejo, en la de matemáticas. Siento tanta vergüenza, y miedo, y dolor.
Me llamo Ignacio, tengo 17 años y, desde hace exactamente veinticinco segundos, soy ladrón"


Escritor no identificado